La investigación minera moderna Debido al veloz aumento del consumo de minerales en el curso del s.XIX y a comienzos del xx, la investigación minera se desarrolla y se despliega geográficamente para encontrar nuevos yacimientos. Pero, en rigor, hasta la segunda guerra mundial es la observación directa del mineral, ya sea en afloramientos o en aluviones, lo que guía la prospección. Desde la posguerra, los yacimientos conocidos, aflorantes en su mayoría, se agotan, y la actividad minera debe orientarse hacia la localización de yacimientos ocultos a algunos cientos de metras de profundidad o bajo mantos vegetales, la explotación de yacimientos de contenido más bajo que los conocidos, utilizando métodos nuevos de prospección indirecta. Para realizar investigaciones en una región geológicamente favorable de algunos miles de Km2, el geólogo especializado en prospección tendrá que seleccionar un objetivo mineral de algunas hectáreas. Esta etapa, entre la elección preliminar del entorno que se prospeccionará y la eventual puesta en explotación, exige a menudo unos diez años para dar buenos resultados. Entre los nuevos elementos de que dispone la prospección moderna se halla la ciencia de la previsión de yacimientos, cuyo objeto consiste en orientar la exploración minera hacia las zonas metalogénicas más favorables. Aquí intervienen dos métodos denominados de prospección sistemática: la geoquímica estratégica, que investiga las anomalías metálicas en el suelo o los aluviones, completada a menudo por la prospección aluvional, y la prospección geofísica aerotransportada.