... fanfarroner& 237;a, ese af& 225;n de aparentar con cuatro cuartos lo que la gente llama & 171;arroz y tartana& 187;, es rid& 237;culo... & 191;lo entiendes bien? soberanamente rid& 237;culo.Do& 241 ...
... accede a tomar parte en un juego:& 8212;Bueno; seremos novios... pero & 161;por Dios que nada sepa la mam& 225;.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XIISBN ...
... o m& 225;s alto de la romanza, ahog& 225;ndola con sus aplausos los complacientes convidados de la mam& 225;.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XIISBN 978 ...
... nombraban los peri& 243;dicos con los t& 237;tulos de & 171;acaudalado y filantr& 243;pico banquero& 187;.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XIISBN 978-84 ...
... 241;al exterior para hacer saber al mundo que el gran genio se hab& 237;a equivocado por primera vez aconsejando la baja.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
... que su hijo iba a los bailes y le esperaba tras la puerta empu& 241;ando fieramente la vara de medir.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XIISBN 978-84 ...
... brazo con la muerte rondando en torno de & 233;l.Juanito se fastidiaba.... & 161;Bah Aprensiones de viejo.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XIISBN 978 ...
... 161;claro era imposible que una persona decente saliese a la calle sin que la piller& 237;a le diera que sentir.Arroz y Tartana de Vicente Blasco IbáñezI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XIISBN ...
... tomaron con panecillos, y... ¡hala , en marcha. El Mayor de plaza, que había venido en la primera tartana, nos contó que don Carlos Luís es hombre de fino trato. El tonillo de persona Real, benévola ...
... era día cuando llegamos a la soberbia vivienda parroquial: junto a la puerta vi la primera tartana, que había llegado con veinte minutos de ventaja. Miré sus ruedas y atalajes blanqueados del polvo ...
... y el oído. Se había desmayado. Al abrir de nuevo los ojos, hallóse Dantés en el puente de la tartana, que seguía su camino, y su primera mirada fue para ver cuál seguía; iba alejándose del castillo ...
... era día cuando llegamos a la soberbia vivienda parroquial: junto a la puerta vi la primera tartana, que había llegado con veinte minutos de ventaja. Miré sus ruedas y atalajes blanqueados del polvo ...
... espaldas de la parroquia y casa rectoral. Allí, junto a unos molinos aceiteros, debo esperar con mi tartana; allí se juntará conmigo Erhimo, digo, Donata. Tal es la parte mía en el plan; ved ahora ...
... tiempo. A los ocho días escasos de su estancia en Liorna, estuvieron los redondos costados de la tartana llenos de muselinas pintadas, algodones de contrabando, pólvora inglesa, y tabaco que no quería ...
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