II. Terminología referente al parentesco en las fuentes leonesas (1157-1230)
Vocablos relativos a relaciones de parentesco consanguíneo cercano En el análisis del léxico referente a las relaciones de parentesco, hemos decidido comenzar por los vocablos que definen la relación entre individuos vinculados mediante filiación, porque es el grado de parentesco más directo y, sin lugar a dudas, el más fácil de determinar; ya que en el 90% de los diplomas estudiados, su autor o destinatario dejan clara su filiación a través de la antroponimia o de la mención explícita a sus progenitores. Primer grado de consanguinidad: padres, hijos, hermanos Entre los términos utilizados para definir la relación de paternidad se registra mayoritariamente el latino pater y en muy pocas ocasiones la voz genitor.[3] Es frecuente encontrar la forma romance padre. En la sociedad medieval eran comunes los matrimonios en segundas nupcias, circunstancia que se refleja también en la documentación. El término utilizado para denominar al esposo de la madre es el latino uitricus, aunque se registra también la voz romance padrastro, que se generalizará en los siglos posteriores. En los casos en que los hijos de una mujer se dirigen a su padrastro, suelen hacerlo utilizando su nombre, sin especificar la relación que les une, sino simplemente situándolo al lado de su madre, generalmente por detrás de ella. En cuanto a la relación de maternidad, el término más empleado es el latino mater, aunque también se registra la forma indeclinada, matre.[4] Asimismo, se documenta un porcentaje menor del uso del término genitrix. La voz matrastra, no aparece con frecuencia en la documentación leonesa que hemos seleccionado, aunque existen ejemplos en el siglo XI.[5] En ocasiones los hijos hacen alusión a ambos padres como genitores, o parentes. El primer vocablo no genera ninguna duda, se refiere de manera clarísima a la pareja de progenitores; sin embargo, el término parentes puede aplicarse para referirse a un grupo más extenso de consanguíneos. La ambigüedad de este vocablo complica en gran medida la labor del historiador que debe analizar el contexto en que aparece para desentrañar su significado. En cuanto al léxico utilizado para referirse a la descendencia, el término con el que los padres denominan a sus hijos y con el que estos se autodefinen con respecto a sus padres es filius/filia,[6] aunque en los documentos romanceados se emplea la forma romance fijo.[7] En numerosas ocasiones se registra el término en dativo o ablativo plural, filiabus, en expresiones formularias del tipo filiis et filiabus tuis,[8] lo que indica una clara distinción por sexos de la descendencia; es decir, que era utilizado para denominar a las hijas.[9] Esta fórmula suele ir acompañada de otras expresiones como filiis et filiabus tuis omnique generatione tue,[10] o et filiis et filiabus, et heredibus vestris,[11] que redundan en la idea de la descendencia. Aunque el término filius es el más utilizado, también se registra la voz latina liberi,[12] además de otras expresiones que aluden a los hijos de forma genérica, como proles,[13] semen[14] y heres.[15] En los diplomas que recogen negocios jurídicos en los que están implicadas las propiedades familiares, son frecuentes las alusiones a la legitimidad de los hijos con fórmulas como filii legitimi.[16] Pueden aparecer hijastros que son denominados antenatus,[17] priuignus,[18] o con el término romance annado.[19] Incluso se registran varios diplomas en los que uno de los progenitores destaca que aporta hijos, fruto de otra relación anterior, al nuevo matrimonio.[20] Además de la vinculación vertical entre padres e hijos, en las relaciones de parentesco se establecen lazos horizontales que unen a los hijos entre sí, se trata de los vínculos de hermandad.[21] Esta relación se expresa mediante varios vocablos. De nuevo se encuentra un mayor uso de la voz latina, frater,[22] aunque existen numerosos ejemplos, sobre todo en tierras gallegas, en los que se emplea el término germanus[23]/ermano.[24] En cuanto a la denominación de las hermanas, se detecta una supremacía cuantitativa del empleo de la voz latina soror,[25] aunque también se documenta el vocablo germana.[26] Parientes en segundo grado Este círculo tan estrecho de parentesco se amplía si se asciende por la escalera de grados de parentesco hasta el segundo, en que se sitúan los abuelos, tíos, sobrinos y primos carnales.
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