Balada XXVII: El remo roto
Baladas españolas Balada XXVII : El remo roto de Vicente Barrantes A ella I De blanco vestida, de flores ceñida la sien virginal, va al templo Rosana, la linda aldeana: su madre detrás. La tierna cordera su ofrenda primera le lleva al Señor. El pan rubicundo, el huevo fecundo, su fiel corazón. Ofrenda sublime, que, culpas redime si en ella las hay. Por tierna y por pía Dios mismo la envía un beso de paz. Simón, el barquero, arrimase artero do pasan las dos. «-¿Por qué no oyes misa?» con dulce sonrisa la niña esclamó. «Dios todo lo abarca, »Y a salvo tu barca »al puerto traerá. »En él pon la idea »que viento y marea »propicios harás.» Mirola el barquero rendido y artero, doblada la sien. Sonó la campana, y niña y anciana entraron sin él. II Bramó la tormenta con furia violenta: silbó el huracán. El ola bravía rugiendo quería tragarse el altar. Del templo la cúpula relámpago lívido ceñía en redor. Las cándidas jóvenes, los...
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