Bodas reales: XI

22/10/2009 2.853 Palabras

Capítulo  XI Pág. XI de {{{Reseña}}} Bodas reales Benito Pérez Galdós -Ello era una emboscada -dijo Doña Leandra-. ¡Si serían granujas! -Espérate un poco. Yo, como tan lelo me tenían con las alabanzas, me dejé conducir, como un pobre buey cansino a quien llevan al matadero... Entré... Tan pagado estaba yo de mi papel de buen español entre los mejores, que por las escaleras arriba me iba riendo de satisfacción, y cuando vi que los porteros se quitaban la gorra galonada, tan finos, ¿que me creí?, que se daban la enhorabuena por ver entrar en la casa a la flor y nata de los buenos españoles. Metiéronme en el despacho del señor Presidente del Consejo, que allí estaba de palique con dos o tres mamalones junto a la chimenea... ¡Ay!, la vista de González Bravo me trastornó; a punto estuve de echar a correr. ¿Cómo había yo de cruzar mi palabra honrada con aquel pillete, con aquel libelista escandaloso, con el acusador de Olózaga, con el...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info