Brenda : 16

Brenda : 16La glorieta de Eduardo Acevedo Díaz El ensanchamiento de fronteras siguiose bien luego al primer avance. Dos días después, a la misma hora Raúl en vez de detenerse en el seto, lo salvó tranquilamente, y encaminose meditabundo al centro del jardín en esa parte, con paso firme y sereno. Había visto a Zambique regando unos criaderos, al propio tiempo que modulaba a media voz uno de los aires especiales de su marimba. Esta circunstancia desvaneciendo sus escrúpulos, le impulsó tal vez a penetrar en el recinto con ánimo confiado. Zambique dominaba aquella zona, relegada exclusivamente a su cuidado y vigilancia. Así que le percibió cruzose el viejo negro de brazos, siguiendo la regla de sus mocedades cuando era esclavo, en presencia de sus señores. No eran de menos valía los títulos del joven a la gratitud y al respeto del liberto. Ya próximo a él, Raúl hízole una seña, como...

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