Don Segundo Sombra: 24
Don Segundo Sombra: XXIV de Ricardo Güiraldes Largas cavilaciones me atrajo el hecho brutal que había presenciado. Que un hombre tranquilo y alegre como Antenor, se hubiera visto obligado primero a pelear, después a matar, me resultaba algo en verdad asustador. ¿No se es dueño entonces de nada en la propia persona? ¿Un encuentro inesperado puede presentarse, así, en forma de destino, para desbaratarlo a uno en su propio modo de ser? ¿Somos como creemos, o vamos aceptando los hechos a manera de indicaciones que nos revelan a nosotros mismos? Revisaba mi vida, la de mi padrino, la de cuanta gente conocía. Sólo don Segundo me daba la impresión de escapar a esa ley fatal, que nos cacheteaba a antojo, haciéndonos bailar al compás de su voluntad. ¿Qué hubiera sido de mí, si en lugar de cortarlo a Numa en la frente, acierto a degollarlo? ¿Y si Paula acepta mis amores? Y allá más lejos, ¿sino paso por una encrucijada de callejones, en mi pueblo, al mismo tiempo que...
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