El conde de Montecristo: 5-03

20/12/2010 5.682 Palabras

El conde de MontecristoQuinta parte: La mano de DiosCapítulo 3 de Alejandro Dumas Capítulo terceroEl viaje El conde de Montecristo lanzó un grito de alegría al ver llegar juntos a los jóvenes. -¡Ah!, ¡ah! -dijo-, muy bien, espero que todo ha podido al fin arreglarse. -Sí -dijo Beauchamp-, noticias absurdas que han caído en descrédito por sí mismas, y que si se renovasen me tendrían hoy por su primer antagonista: así, pues, no hablemos más del asunto. -Alberto os dirá el consejo que le había dado. Me encontráis, amigos, acabando de pasar la mañana peor de mi vida. -¿Qué hacéis? -dijo Alberto-, me parece que arregláis vuestros papeles. -Mis papeles, a Dios gracias, no; hay siempre en ellos un orden maravilloso, ya que jamás conservo ninguno; pero pongo en orden los del señor Cavalcanti. -¿Del señor Cavalcanti? -preguntó Beauchamp. -¡Oh, sí! ¿No sabéis que es un joven a quien el conde ha lanzado al gran mundo? -dijo Morcef. -No, no -respondió...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info