El fin del aislamiento

La vuelta de los embajadores a Madrid

Al comienzo de los cincuenta, los embajadores que cinco o seis años antes habían abandonado España a caballo de la euforia antifascista con que concluyó la Segunda Guerra Mundial, tomaron otra vez sus petates en Washington, Londres y París y reemprendieron el camino hacia Madrid. Las relaciones internacionales del régimen de Franco, contradictorias e inseguras hasta entonces, recuperaban así la calma y la tranquilidad. Todo iba a ser más fácil a partir de ese momento. ¿Cómo había sido posible este cambio?

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