El Zarco:Capítulo V

18/03/2011 2.303 Palabras

El ZarcoCapítulo V: El Zarco de Ignacio Manuel Altamirano A la sazón que esto pasaba en yautepec, a un costado de la hacienda de Atlihuayan, y por un camino pedregoso y empinado que bajaba de las montañas, y que se veía flanqueado por altas malezas y coposos árboles, descendía poco a poco y cantando, con voz aguda y alegre, un gallardo jinete montado en brioso alazán que parecía impacientarse, marchando tortuosamente en aquel sendero en que resonaban echando chispas sus herraduras. El jinete lo contenía a cada paso, y en la actitud más tranquila, parecía abandonarse a una deliciosa meditación, cruzando una pierna sobre la cabeza de la silla, como las mujeres, mientras que entonaba, repitiéndola distraído, una copla de una canción extraña, compuesta por bandidos y muy conocida entonces en aquellos lugares: Mucho me gusta la plata, pero más me gusta el lustre, por eso cargo mi reata pa la mujer que me guste. El jinete, caminando así a mujeriegas, no parecía...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info