Electra: 64

Electra de Benito Pérez Galdós Escena IX ELECTRA, LA SOMBRA DE ELEUTERIA, que vagamente se destaca en la obscuridad del fondo. ELECTRA avanza hacia ella. Quedan las figuras una frente a otra, a la menor distancia posible. LA SOMBRA.- Tu madre soy, y a calmar vengo las ansias de tu corazón amante. Mi voz devolverá la paz a tu conciencia. Ningún vínculo de naturaleza te une al hombre que te eligió por esposa. Lo que oíste fue una ficción dictada por el cariño para traerte a nuestra compañía y al sosiego de esta santa casa. ELECTRA.- ¡Oh, madre, qué consuelo me das! LA SOMBRA.- Te doy la verdad, y con ella fortaleza y esperanza. Acepta, hija mía, como prueba del temple de tu alma, esta reclusión transitoria, y no maldigas a quien te ha traído a ella... Si el amor conyugal y los goces de la familia solicitan tu alma, déjate llevar de esa dulce atracción, y no pretendas aquí una santidad, que no alcanzarías. Dios está en todas partes... Yo no supe...

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