III. Madrid, París y Una Breve Luna De Miel

Introducción

MADRID era en 1800 el centro del mundo, su ombligo. España, dueña del más importante imperio colonial, no sospechaba que su ocaso estaba próximo. La clase dirigente prefería ignorar la auténtica situación dedicándose a los placeres mundanos. Simón Bolívar se instaló en casa de un influyente tío, que rápidamente le introdujo en el seno de los más selectos ambientes hasta llegar a la corte. El joven criollo no tardó en adaptarse a su nueva vida y demostrar cualidades de hombre mundano que le convierten en motivo de atención de la aristocracia madrileña.

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