Insolación: 19
Capítulo XIX 19 Pág. 19 de 22 Insolación Emilia Pardo Bazán Al colarse en el palomar los dos tórtolos, no lo hicieron sin ser vistos y atentamente examinados por una taifa de gente humilde, que a la puerta de la cocina del merendero fronterizo se dedicaba a aderezar un guisote de carnero puesto, en monumental cazuela, sobre una hornilla. Es de saber que ambos enseres domésticos los alquilaba el dueño del restaurant por módica suma en que iba comprendido también el carbón: en cuanto al carnero y al arroz de añadidura, lo habían traído en sus delantales las muchachas, que por lo que pueda importar, diremos que eran operarias de la Fábrica de tabacos. Capitaneaba la tribu una vieja pitillera, morena, lista, alegre, más sabidora que Merlín; y dos niñas de ocho y seis años travesaban alrededor de la hornilla, empeñadas en que les dejasen cuidar el guisado, para lo cual se reconocían con superiores aptitudes. Toda esta gentuza, al pasar la marquesa...
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