La casa de los celos: 21
Jornada Primera 21
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La casa de los celos Acto I
Miguel de Cervantes
(Échase ROLDÁN junto a REINALDOSy pone a su cabecera el escudo deREINALDOS, y luego despierta REINALDOS.)
REINALDOS
¡Angélica! ¡Oh estraña vista!
¿No es Roldán este que veo,
y el que del bien que deseo
procura hacer la conquista? 610
Él es; pero, ¿quién me puso
su escudo para mi arrimo?
Tu cortés bondad, ¡oh primo!,
sin duda que esto dispuso.
Bien me pudieras matar, 615
pues durmiendo me hallaste,
por quitar aquel contraste
que en mi vida has de hallar;
empero tu cortesía
más que amor pudo en tu pecho, 620
por la costumbre que has hecho
de hacer actos de hidalguía.
Mas, ¿si fue por menosprecio
el dejarme con la vida?
No, por ser cosa sabida 625
que yo soy hombre de precio;
y...
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