La Divina Comedia: El Infierno: Canto XXVIII

La Divina Comedia El Infierno: Canto XXVIII de Dante Alighieri Ilustración de Priamo della Quercia. ¿Quién podrá nunca aún sin rima narrar plenamente la sangre y las plagas, aún si prolijo, que entonces vi? Toda lengua por cierto desfallecería, pues es poco lo que nuestra voz y nuestra mente puede alcanzar. Si aun se allegara toda la gente que entonces, en la afortunada tierra de Pulla, derramó su sangre doliente por los Troyanos y por la larga guerra que de anillos creó tan gran trofeo, como escribe Livio, que no yerra, con la que sufrió tan rudos golpes por resistir a Roberto Guiscardo; y con la otra cuyos huesos aun se recogen, en Ceperano, allí donde fueron falsarios todos los pullenses, y allá en Tagiacozzo donde sin armas venció el viejo Alardo, y que unos sus miembros rotos y otros atravesados mostraran, igualmente nunca podrían igualar la inmunda condición de la novena fosa. Una tonel, cuya duela del fondo o medianera perdiera, no se vería...

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