La Divina Comedia: El Paraíso: Canto III

La Divina Comedia El Paraíso: Canto III de Dante Alighieri Aquel Sol que antes de amor me escaldó el pecho, de bella verdad me había descubierto probando y reprobando, el dulce aspecto; y yo, por confesarme corregido y cierto yo mismo, tanto cuanto convenía alcé la testa a proferirlo más en abierto; pero una visión advino que me retuvo a ella tan estrecho, al mostrarse, que de mi confesión perdí el recuerdo. Cual de transparentes vidrios y tersos, o al mirar aguas nítidas y quietas, no tan profundas que el fondo se pierda, vienen de nuestro rostro los trazos tan débiles, como perla en blanca frente no llega menos clara a nuestras pupilas; tal vi yo muchas caras a conversar prontas; por donde yo caí en el error contrario al que encendió amor entre un varón y una fuente. Súbito ya cuando me apercibí de ellas, creyéndolas espejados semblantes, por ver de quiénes fueran, volví la vista; y no vi a ninguna, y me revolví adelante recto a la luz de la dulce...

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