La Divina Comedia: El Paraíso: Canto VII

La Divina Comedia El Paraíso: Canto VII de Dante Alighieri ¡Ossana, sanctus Deus sabaoth, superillustrans claritate tua felices ignes horum malacoth! Entonces, retornando a sí con la melodía, vi cantar a esa sustancia, sobre la que una doble luz se aduna: y ella y las otras moviéronse a su danza, y como velocísimas centellas se velaron en la súbita distancia. Yo dudaba y decía: ¡Dile, dile, entre mi, dile, decía, a mi dama que mi sed aplaque con el dulce estilo!; mas aquella reverencia que se apodera de mi entero por el sólo Bea o el sólo triz, me prosternaba como si me durmiera. Poco me soportó la tal Beatriz, y comenzó, radiándome una sonrisa tal, que en el fuego me haría feliz: Según mi parecer infalible, cómo una justa venganza justamente se castiga, se te ha metido en la frente: mas yo te resolveré pronto la mente: y tú escucha, porque mis palabras de una gran verdad te harán presente. Por no sufrir a la virtud que quiere ponerle un útil...

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