La Divina Comedia: El Paraíso: Canto XIII

La Divina Comedia El Paraíso: Canto XIII de Dante Alighieri Imagine quien de bien entender arde lo que entonces vi (y guarde la imagen, mientras hablo, como firme roca), quince estrellas que en diversas playas el cielo ilustren con tan vivo azul, que vence del aire toda gordura; imagine aquel carro al cual el seno basta de nuestro cielo noche y día, que al mudar el tiempo no se oculta; imagine la boca de aquel cuerno, que comienza en la punta de la vara que la primera rueda ronda, se hubieran hecho de sí dos signos en el cielo, como hizo la hija de Minos al sentir de la muerte el hielo; y el uno en el otro estar sus rayos y que ambos giraran de manera que uno fuera a derecha y el otro volviera, y tendrá una sombra de la verdadera constelación y de la doble danza que circundaba el punto donde yo era; porque tan lejano está de nuestra usanza, como lejos del correr del Chiana se mueve el cielo que a los otros gana. Allí se cantó no a Baco, no al Peán, mas a tres...

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