La Divina Comedia: El Paraíso: Canto XV

La Divina Comedia El Paraíso: Canto XV de Dante Alighieri Benigna voluntad en la que siempre se resuelve el amor que rectamente inspira, como codicia lo hace en la inicua, silencio impuso a la dulce lira, y aquietó las santas cuerdas, que la diestra del cielo afloja y tira. ¿Cómo a justos ruegos fueran sordos aquellos seres que, por darme el gusto de preguntar, a callar fueron concordes? Bien está que sin término se duela quien, por amor de cosa que no dura, eternamente de aquel amor se hurta. Cuando por el sereno quieto y puro discurre ya ya súbito fuego haciendo parpadear los ojos ciertos, y parece la estrella mudar de puesto, mas en verdad de la parte donde se enciende nada se pierde, y todo dura poco; así del brazo que a diestra se extiende al pie de aquella cruz corrió un astro de la constelación que allí esplende. Pero la gema no se apartó de la banda sino que por la lista transitó radiante como foco de luz tras alabastro. Como piadosa fue de Anquises...

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