La Divina Comedia: El Paraíso: Canto XXII

La Divina Comedia El Paraíso: Canto XXII de Dante Alighieri De estupor lleno, a mi guía me volví, como párvulo que corre siempre allí a donde más confía; y ella, como madre que socorre enseguida al hijo pálido de anhelos con la voz, que su bien dispone, me dijo: No sabes que estás en el cielo? ¿y no sabes que el cielo es todo santo y todo lo que aquí se hace viene de buen celo? Cuánto te habría trasmudado el canto y mi sonrisa, puedes considerarlo ahora, ya que el grito te ha conmovido tanto; en el cual, si entendido hubieras su ruego, te sería notoria ya la venganza, que verás antes de la muerte. La espada de aquí arriba ni presto corta ni tarde, como parece a quien con deseo o con temor la aguarda. Mas a otro vuélvete ahora; que más ilustres espíritus verás, si como te digo vuelves la vista. Como a ella plugo, los ojos retorné y vi cien esferillas que juntas más bellas se hacían entre sus mutuos rayos. Yo estaba como el que en sí retiene la...

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