La Divina Comedia: El Paraíso: Canto XXIV

La Divina Comedia El Paraíso: Canto XXIV de Dante Alighieri ¡Oh electa compañía de la gran cena del bendito Cordero, el cual os alimenta tanto que vuestra voluntad siempre está plena, si por gracia de Dios éste preliba de lo que cae de vuestra mesa, antes que el tiempo muerte le prescriba, atended a la ternura inmensa, y dadle un poco del rocío; vos bebéis siempre de la fuente de la que mana lo que él piensa. Así Beatriz; y aquellas ánimas alegres se cambiaron en esferas sobre fijos polos, llameando fuerte, a guisa de cometas. Y como las ruedas que el reloj acuerdan giran de modo que la primera al que repara quieta parece, mientras que la otra vuela; así aquellas rondas, diferente mente danzando, de su riqueza veloces y lentas me daban prueba. De una de ellas que noté de más belleza brotar vi un tan feliz fuego, que claridad mayor ningún otro diera; y tres veces en torno de Beatriz volvióse con una canto tan divino, que mi fantasía no me lo redice. Pero...

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