La Divina Comedia: El Paraíso: Canto XXIX

La Divina Comedia El Paraíso: Canto XXIX de Dante Alighieri Cuando ambos hijos de Latona a cobijo del Carnero y de la Libra, juntos forman con el horizonte una zona, cuanto dura el punto que el cenit iguala, hasta que el uno y el otro de aquella cinta cambiando de hemisferio, se liberan, otro tanto, con el rostro de sonrisa tinto, calló Beatriz, fijamente observando el punto que me había vencido. Luego empezó: Digo y no demando, lo que tú quieres oír, porque lo he visto allá donde se afirma todo donde y todo cuando. No para lograrse bienes adquiridos que no es posible, mas para que su esplendor pudiese, resplandeciendo, decir Subsisto, en su eternidad fuera del tiempo, fuera de todo comprender, como le plugo, se abrió en nuevos amores el amor eterno. Ni cuasi entorpecido, antes holgaba; ya que ni antes ni después procedía el discurrir de Dios sobres esta aguas. Forma y materia, conjuntas y puras, salieron al ser que no tenía falla como de un arco tricorde tres...

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