La Divina Comedia: El Purgatorio: Canto XXX

La Divina Comedia El Purgatorio: Canto XXX de Dante Alighieri William Blake: El Purgatorio, Canto XXX, 60-146, Beatrice ve a Dante desde el carro Cuando el septentrión del primer cielo, que de ocaso jamás supo ni de orto, ni de otra niebla que de la culpa el velo, y que otorga allí a cada cual conciencia de su deber, así como el más bajo otorga cómo se gira el timón para llegar a puerto, quieto se detuvo: la veraces gentes que primero venían entre el grifo y él, se volvieron al carro como a su paz; y uno de ellos, como enviado del cielo, “Veni, sponsa, de Libano” cantando gritó tres veces, y los demás todos con él. Como los bienaventurados al último bando surgirán prontos todos de sus cavernas, con su recuperada voz aleluyando, tales hacia la divina carroza se alzaron cientos, ad vocem tanti senis, ministros y mensajeros de vida eterna. Todos decían: “¡Benedictus qui venis! esparciendo flores alrededor y arriba, “¡Manibus, oh, date lilia...

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