La Divina Comedia: El Purgatorio: Canto XXXI

La Divina Comedia El Purgatorio: Canto XXXI de Dante Alighieri ¡Oh tú que allende estás del río sacro! dirigiendo a mi su habla con la punta pues el solo filo ya me había sido acerbo, recomenzó, sin indulgencia siguiendo: Dí, dí si es verdad; tan grave denuncia requiere que tu confesión le sea adjunta. Mi virtud estaba tan confusa que mi voz se movió, pero murió antes que por los órganos vocales fuera difusa. Poco soportó ella; luego dijo: ¿Qué piensas? Respóndeme; que las memorias tristes en ti no han sido aún por el agua ofensas. Confusión y pavura juntas mixtas me empujaron un tal “sí” de la boca, que a entender hiciera falta la vista. Como rompe la ballesta, cuando se dispara demasiado tensa, en cuerda y arco, y la flecha con menos fuerza el blanco alcanza, así estallé yo sometido a grave carga, afuera manando lágrimas y suspiros, y la voz demorada muerta en los labios. Por lo que ella: Tras mis deseos, que te conducían a amar el bien más...

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