La lucha por la vida III: 006
none Pág. 006 de 127 La lucha por la vida III Prólogo Pío Baroja Corriendo, devorando lágrimas de rabia, atravesó el helechal, hasta salir al camino; no había andado cien pasos, cuando vio de pie, con la escopeta en la mano, al hombre vestido de cazador. -No pases -le gritó éste. -El camino es de todos -contestó Juan, y siguió andando. -Que no pases, te digo. Juan no hizo caso; adelantó con la cabeza erguida, sin mirar atrás. En esto sonó una detonación, y Juan sintió un dolor ligero en el hombro. Se llevó la mano por encima de la chaqueta y vio que tenía sangre. -¡Canalla! ¡Bandido! -gritó. -Te lo había dicho. Así aprenderás a obedecer -contestó el cazador. Siguió Juan andando. El hombro le iba doliendo cada vez más. Le quedaban todavía unos céntimos, y llamó en una ventana que encontró en el camino. Entró en el zaguán y contó lo que le había pasado. La ventera le trajo un poco de agua para lavarse la herida, y después le llevó al...
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