La lucha por la vida III: 019
none Pág. 019 de 127 La lucha por la vida III Primera parte Pío Baroja -¡Qué tonto eres, hijo! -¿Será muy nerviosa? -preguntó Juan. -No -replicó la Ignacia-; es que trabaja como una burra, y así se va a poner mala; ya lo ha dicho el señor Canuto. Una enfermedad viene con cualquier cosa... -¡Vaya una autoridad! —dijo riéndose la Salvadora-. ¡Un veterinario! A ése le debía usted hacer el retrato. Ese sí que tiene la cara rara. -No, no me interesan los veterinarios. Pero de veras, ¿no tiene usted al día una hora libre para servirme de modelo? -Sí dijo Manuel-; ¡ya lo creo! -¿Y hay que estarse quieta, quieta? Porque no lo voy a aguantar. -No; podrá usted hablar, y descansará usted cuando quiera. -¿Y de qué va usted a hacer el retrato? -Primero, de barro, y luego lo sacaré en yeso o en mármol. -Nada, mañana se empieza —dijo Manuel-. Está dicho. Estaban en el postre cuando llamaron a la puerta, y entraron en el comedor los dos Rebolledo y el...
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