La lucha por la vida III: 027
none Pág. 027 de 127 La lucha por la vida III Primera parte Pío Baroja Sácala a bailar. -Si quiere, vamos. Salieron por el corredor al patio enlosado, mientras el organillo tocaba un pasodoble. Bailaba la Salvadora recogiéndose la falda con la mano, con verdadera gracia y sin el movimiento lascivo de las demás mujeres. Cuando acabó el baile, Perico Rebolledo, algo turbado, le pidió que bailara con él. Al volver Manuel al sitio donde había merendado, tropezó en el corredor con dos señoritos y dos mujeres. Una de éstas se volvió a mirarle. Era la Justa. Manuel hizo como que no la había conocido y se sentó al lado del señor Canuto. Volvió la Salvadora de bailar, con las mejillas rojas y los ojos brillantes, y se puso a abanicarse. -¡Olé ahí las chicas bonitas! -dijo el jorobado-. Así me gusta a mí la Salvadora; coloradita y con los ojos alegres. Señor artista, fíjese usted y vaya tomando apuntes. Ya me fijo -contestó Juan. La Salvadora sonrió...
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