La lucha por la vida III: 067
none Pág. 067 de 127 La lucha por la vida III Segunda parte Pío Baroja Los espectadores, furiosos, se lanzaron contra él. Don Alonso escapó fuera de la barraca. «¡A ése!», gritó un chico al verle. «¡A ése!», gritaron unas mujeres; y hombres y mujeres, y chicos y perros, echaron a correr tras él. Don Alonso salió del pueblo. Cruzó, volando, unos rastrojos. Comenzaron a llover piedras a su alrededor. Afortunadamente se hacía de noche, y los salvajes del pueblo, pensando en su cena, abandonaron la cacería. Cuando se vio solo, don Alonso, rendido, se tiró en la tierra. El corazón le golpeaba como un martillo en el pecho. Lo encontró en la carretera, al día siguiente, la Guardia Civil. Con su frac negro lleno de barro, don Alonso tenía las trazas de un hombre escapado de un manicomio. -¿Quién es usted? -le dijeron los civiles. Don Alonso contó lo que le había ocurrido. -¿Tiene usted cédula? -Yo, no, señor. -Entonces, venga usted con nosotros. Les...
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