V. La Gran Ocasión Perdida

Introducción

Isadora Duncan con algunas de sus alumnas en escena.

LOS primeros días de la bailarina en París, o mejor dicho, los primeros meses, fueron de profundo estudio. Isadora dedicaba la mañana a los ensayos, acompañada, como siempre, por su madre, y por las tardes se encerraba en las bibliotecas en busca de todo aquello que le hablara de la danza.

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