Viaje al centro de la Tierra: Capítulo 44
Viaje al centro de la Tierra
Capítulo 44
de Julio Verne
Cuando volví a abrir los ojos, me sentí asido por la cintura por la mano vigorosa de Hans, quien, con la otra, sostenía también a mi tío. No me encontraba herido gravemente, pero si magullado por completo cual si hubiera recibido una terrible paliza.
Encontréme tendido sobre la vertiente de una montaña, a dos pasos de un abismo en el cual me habría precipitado al menor movimiento. Hans me había salvado de la muerte mientras rodaba por las flancos del cráter.
-¿Dónde estamos? -preguntó mi tío, dando muestras de gran irritación por haber salido a la superficie de la tierra.
El cazador se encogió de hombros para manifestar su ignorancia
-¿En Islandia? -dije yo.
-Nej -respondió Hans.
-¡Cómo que no! -exclamó el profesor.
-Hans se engaña -dije yo levantándome.
Después de las innumerables sorpresas de aquel viaje, todavía nos estaba reservada otra nueva estupefacción. Esperaba encontrarme en un cono...
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