XI. La muerte de Miguel Ángel Buonarrotti

El gobernador romano ordena hacer un inventario

El día siguiente, Seristorri, legado florentino en Roma, mandó al duque Cosme un mensaje comunicándole la muerte del artista: «Esta mañana, de acuerdo con un arreglo que hice, el gobernador mandó hacer un inventario de todos los objetos hallados en casa de Miguel Angel. Eran pocos, con escasos dibujos. Lo que había, empero, fue debidamente registrado. Lo más importante era una caja cerrada con diversos sellos, que el gobernador ordenó abrir en presencia de Messer Tommaso Cavalieri y el maestro Daniele Volterra. Se hallaron en ella unas 8.000 coronas, que han sido depositadas en el banco de los Ubaldini. Esta fue la orden dada por el gobernador, y aquellos a quienes concierne tendrán que ir allí para obtener el dinero. Se interrogará a la gente de la casa para saber si se ha sacado algo de ella, aunque no se supone que haya sucedido. En cuanto a los dibujos, dícese que quemó los que tenía consigo antes de morir. Lo que queda será entregado a su sobrino cuando llegue, y así puede decírselo Vuestra Excelencia.»

El inventario en cuestión enumeraba una estatua de San Pedro, esbozada, un Cristo con otra figura, sin acabar, y una estatuilla de Cristo, similar al Cristo Risorto de Santa María sopra Minerva. In-, cluía también 10 dibujos originales, de los cuales uno (una Piedad) pertenecía a Tommaso Cavalieri, otro (una Epifanía) fue entregado al notario, mientras los demás pasaban a ser propiedad de Lionardo Buonarrotti.

Se cree, aunque no exista seguridad absoluta al respecto, que Daniele Volterra sacó la mascarilla del escultor difunto.

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