HAY numerosas anécdotas y tradiciones sobre Dante, en su mayor parte apócrifas, pero que sirven para redondear su retrato y dar una idea de lo que se pensaba de él en su propia época. En algunas, indudablemente, se ven reflejos de cosas que se han atribuido a muchos grandes hombres, antes y después de él. Petrarca cuenta que, estando Dante en la corte de Can Grande della Scala, donde había sido acogido con gran honor al principio, perdiendo luego favor poco a poco a ojos de su anfitrión, había allí toda clase de bufones y payasos. Uno de ellos era particularmente apreciado de todos por sus frases y bromas atrevidas y llenas de un humor grosero. Can Grande un día le mandó llamar y, estando allí Dante, le elogió sobremanera; luego añadió, volviéndose a Dante: «¿Por qué será que este hombre, aunque es tonto, goza del favor general, mientras que tú, a pesar de tu sabiduría, no has conseguido lo mismo?». «Está claro», replicó Dante, «la verdadera causa de la...