[.....] Alfonso X el Sabio Rey de Castilla Alfonso X el Sabio (estatua en la Biblioteca Nacional de Madrid). Reinado 1 de junio de 1252 - 4 de abril de 1284 Coronación 1 de junio de 1252 Nombre real Alfonso de Borgoña Nacimiento 23 de noviembre de 1221Toledo, España Predecesor Fernando III el Santo Sucesor Sancho IV el Bravo Consorte Violante de Aragón Casa Real Casa de Borgoña Padre Fernando III el Santo Madre Beatriz de Suabia Vida y reinado Berenguela de León y Castilla, madre de Fernando III, acudió a García Fernández de Villamayor, casado con Mayor Arias, para que dirigiera la educación del infante, cuyos primeros años transcurrieron en los dominios burgaleses de su tutor: Villaldemiro, Celada, Villamayor de los Montes y Burgos, donde juró como heredero del trono de León y Castilla. Participó en la ocupación del reino de Murcia, que se inició como consecuencia del pacto de Alcaraz, firmado en 1243 entre el rey musulmán Ibn Hud y el entonces príncipe castellano, y en 1249 contrajo matrimonio con Violante, hija de Jaime I de Aragón, el Conquistador. Subida al trono Tras la muerte de Fernando III en Sevilla, el 30-V-1252, Alfonso X fue “alzado y coronado” como rey de León y Castilla, cuya herencia le supuso asumir las importantes tareas iniciadas durante el reinado de su padre. Etapas del reinado En cincuenta años León y Castilla duplicó su territorio, lo que originó diversos problemas económicos y sociales, como la potenciación de la vida urbana, el reajuste monetario, la protección ganadera y la repoblación en Andalucía, realizada desde la zona palentino-burgalesa al norte del Duero y desde otras áreas que no estuvieron bajo el gobierno del monarca, como Cataluña, Portugal, Francia y Génova, que estableció en Sevilla una colonia mercantil. Para procurar la pacífica convivencia entre los nuevos habitantes, Alfonso X permaneció en la ciudad andaluza durante los dos primeros años de su reinado (1252-1253), hecho que le ayudó a comprender el problema de la repoblación que más tarde habría de solucionar en Murcia y en el que participaron la alta nobleza, la Iglesia y las órdenes militares con los nuevos donadíos mayores (posesiones territoriales recibidas). La primera etapa de Alfonso X como soberano de León y Castilla, desde su entronización en 1252 hasta 1270, se desarrolló en Sevilla, Toledo y Burgos y finalizó con la audiencia en Soria a los embajadores de Pisa, quienes ofrecieron al rey la corona del Sacro Imperio Romano-Germánico (1256). La segunda etapa, hasta 1275, cubrió la rebelión nobiliaria, su entrevista con el papa Gregorio X en Beaucaire y la muerte de Fernando de la Cerda. A partir de 1271 Alfonso X permaneció en Murcia, ocupado en la repoblación del reino, junto a una Corte en la que figuraron el arcediano de Toledo, Jacobo de las Leyes y Gil de Azagra. La ejecución del infante Fadrique y los problemas ocasionados por la rebelión de los nobles obligaron al rey a retirarse a Sevilla, donde murió a los sesenta y tres años acompañado por su hija, la reina Beatriz de Portugal, el arzobispo hispalense y algunos de sus colaboradores más próximos. La corte Fadrique y Enrique, hermanos del monarca, abandonaron pronto Castilla; el infante Felipe, a quien el rey concedió el señorío de Valdecorneja (actual provincia de Ávila), renunció al arzobispado de Sevilla para contraer matrimonio con Cristina de Noruega; Sancho, aunque murió joven (1261), llegó a ser arzobispo de Toledo. El menor de los hijos de Fernando III, Manuel, fue un hombre de gran influencia en la Corte alfonsina, a pesar de que al final de su vida apoyó a su sobrino Sancho, rebelado contra el rey. El resto de sus hermanos, fruto de las segundas nupcias de su padre con Juana de Ponthieu, no fueron de especial relevancia en la Corte. [.....]