Santo y eclesiástico martirizado en Gerona en el año 307. Según distintas leyendas medievales, Narciso fue obispo de Augsburgo a principios del s. IV, debiéndose a él la reorganización de la iglesia de aquella c, a la que consagró un obispo y varios presbíteros. Se cuenta que consiguió la conversión a la fe cristiana de Afra, joven de la familia real de Chipre dedicada al culto de Venus, su madre y sus criadas. Se trasladó entonces a Gerona, cuya sede episcopal se encontraba vacante y donde fue aclamado por el pueblo como prelado. Durante tres años gobernó la diócesis gerundense, logrando que creciera notablemente en número de fieles, lo que le supuso la enemistad de los gentiles; coincidiendo con la cruenta persecución mandada por el emperador Diocleciano (284-305), Narciso, junto a su diácono Félix y otros cristianos, fue asesinado en la catedral con tres puñaladas. El siciliano Nicolás Speziale atribuyó a San Narciso la aparición de una plaga de moscas...