Recorrido histórico Las unidades de medida, tanto de pesos como de superficies o longitudes, tienen su origen en el mundo rural. Las primeras mediciones empleadas en la Antigüedad, y que se perpetuaron durante siglos, tomaron como referente, a falta de un desarrollo científico de disciplinas como la física, las dimensiones humanas. Así, las unidades de capacidad hacían referencia a la extensión de la parcela sembrada con una cantidad concreta de grano (fanega, celemín); las unidades de longitud recogían la extensión de partes del cuerpo, como el pie, el brazo, el dedo pulgar (pulgada), el codo o el paso; las unidades de peso se tomaron, por ejemplo, del peso de una cantidad detérminada de grano o del que pudiera transportar un hombre a sus espaldas (arroba, libra, quintal, onza), y las unidades de superficie estaban detérminadas por la cantidad de trabajo que realizara un hombre o una pareja de bueyes (jornal, cahíz, fanega, estadal) en un solo día.