Retórica

La retórica en España

Antes de llegar a la asimilación de retórica y poética, es decir, de las reglas oratorias fijadas antiguamente por los griegos (Empédocles de Agrigento, Córax, Tisias, Gorgias, Isócrates, Aristóteles, etc.), que se hallan en la base de las modernas preceptivas literarias, se encuentran en España tratadistas de gran valía en la materia. Es el caso de Marco Anneo Séneca —llamado el Retórico, padre de Lucio Anneo Séneca, el Filósofo— y, sobre todo, de Marco Fabio Quintiliano, quien en los doce libros del tratado De causis corruptae eloquentiae y, especialmente, en su Institutio Oratoria (93-96 d.C.), estableció un completo programa de formación cultural y moral para su nuevo modelo de orador, catoniano-ciceroniano, en un Imperio Romano ya pacificado y unitario. Precisamente, fue el ilustre calagurritano quien, siguiendo de cerca la Retórica aristotélica, sintetizó las doctrinas griega y romana e hizo que, desde aquel momento, retórica y literatura marcharan indisolublemente unidas.

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