Crítica

Crítica de arte

En el s. XX el papel del crítico de arte ha adquirido un alto grado de especialización, y se ha alejado de aquel acercamiento que, en determinados períodos anteriores, hubo entre críticos y literatos. El protagonismo del crítico se afianza en los Estados Unidos de América, hacia la década de 1950, con Clement Greenberg, impulsor del expresionismo abstracto, que defiende la plenitud de la pintura, y Harold Rosenberg, creador del término Action painting; a ellos sucedería Leo Steinberg, que apoyaría el pop art estadounidense. Paralelamente, en Europa, Michael Tapie defendería el informalismo, Pierre Restany, los nuevos realistas, y Marcelin Pleynet daría soporte teórico a lo que supuso el movimiento Support-Surface, con su defensa de los valores intrínsecos de la pintura. La labor de otros críticos se ha encaminado a la organización de grandes exposiciones colectivas e internacionales que en determinado momento han sido clave en el desarrollo futuro del arte, como Christos M. Jaoachimides y sus muestras Un nuevo espíritu en pintura (1981) y Zeitgeist (1982). En el caso de Harold Szeemann, su labor se ha dirigido a la organización de grandes exposiciones de tesis, como Cuando las actitudes devienen forma (1969) y La obra de arte total (1985). También la Documenta, exposición que cada cinco años se celebra en la ciudad alemana de Kassel, es encomendada a un crítico que establece pautas y criterios que serán determinantes en los años venideros: en 1982 fue Rudi Fuchs y en 1987 Manfred Schneckenburger.

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