Mecanismo de acción El detonante funciona generando una onda de choque supersónica que viaja a través del explosivo principal, provocando su descomposición casi instantánea. Esta onda se produce mediante una reacción química exotérmica en cadena, iniciada por un pequeño aporte de energía (mecánica, eléctrica o térmica). Por ejemplo, en un detonador clásico, un fulminante (como el azida de plomo o el estifnato de plomo) reacciona al ser golpeado o calentado, liberando suficiente energía para activar una carga secundaria más potente (como la pentrita), que a su vez detona el explosivo principal. Este sistema de "cascada energética" garantiza seguridad durante el manejo, ya que el explosivo base no puede activarse accidentalmente sin pasar por estas etapas intermedias.