Martín Zurbano

Luchó contra los franceses como guerrillero en la Guerra de la Independencia española (1808-1814) y, posteriormente, durante el Trienio Liberal (1820-1823), se alistó como miliciano nacional y combatió a los absolutistas. A lo largo de la primera guerra carlista (1833-1840) se convirtió en uno de los principales militares cristinos (liberales), y al final de la contienda ascendió a mariscal de campo. En 1840 Baldomero Espartero —de quien fue incondicional desde entonces— le nombró comandante general de Vizcaya. Tres años después participó en el sitio y bombardeo de Barcelona. A la caída de Espartero se refugió en Portugal, desde donde solicitó el indulto. En octubre de 1844, ya en España, se pronunció al frente de un reducido contingente de tropas (unos 80 hombres) en Haro (La Rioja), proclamó la Constitución de 1837 y exigió el retorno del general Espartero al poder, pero fue derrotado por Ramón María Narváez y apresado. Murió fusilado en Logroño junto a sus dos hijos.