Napoleón I Bonaparte

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(Ajaccio, Córcega, Francia, 15-VIII-1769 — isla de Santa Elena, Territorio británico de Ultramar, 6-V-1821). Militar y político francés. Emperador de los franceses (1804-1815).

Napoleón I
Emperador de los Franceses
Napo ficha.jpg
El emperador Bonaparte en su estudio en las Tullerías (1812).
Óleo sobre tabla de Jacques-Louis David. National Gallery of Art, Washington D.C.
Predecesor Primer Directorio
Sucesor Luis XVIII
Reinado Primer reinado:
18 de mayo de 1804 - 6 de abril de 1814

Segundo reinado:
20 de marzo de 1815 - 22 de junio de 1815

Coronación 2 de diciembre de 1804
Nacimiento 15 de agosto de 1769
Ajaccio
Córcega
Bandera de Francia Francia
Fallecimiento 5 de mayo de 1821
isla de Santa Elena
Bandera del Reino Unido Territorio británico de Ultramar
Entierro Panteón de los Inválidos
París
Bandera de Francia Francia
Consorte Josefina de Beauharnais
María Luisa de Habsburgo-Lorena
Dinastía Bonaparte
Padre Carlo Buonaparte
Madre María Letizia Ramolino

Introducción

Las campañas de Napoleón I Bonaparte proporcionaron a Francia un imperio que se llegó a extender, aunque brevemente, desde Moscú (Rusia) hasta Lisboa (Portugal).

El monumento más perdurable de su memoria fue el Código Civil, promulgado bajo su inspiración, y que fue la base del ordenamiento legal de muchas naciones modernas.

Biografía

Napoleón Bonaparte (Napoleone Buonaparte en italiano) nació en Ajaccio, Córcega, el 15 de agosto de 1769, hijo de Carlo de Buonaparte (en francés, Bonaparte) y Letizia Ramolino.

A los nueve años de edad fue enviado a estudiar a Francia, país que había adquirido la soberanía sobre Córcega en el mismo año de su nacimiento. Estudió en tres escuelas militares hasta graduarse como oficial de artillería, con el grado de subteniente, en 1785.

Sus escasas posibilidades de ascenso adquirieron una nueva perspectiva con el advenimiento de la Revolución Francesa de 1789. Napoleón Bonaparte se unió al sector más extremista, el de los jacobinos, y fue elegido teniente de la recién creada guardia nacional. Se trasladó a su isla natal, donde luchó para conseguir la autonomía, pero cuando los dirigentes locales rompieron con la Convención (1793) se vio obligado a emigrar a Provenza con su familia.

Conocedor del pensamiento nacionalista e ilustrado, a partir de este momento se produjo su identificación con los principios revolucionarios. Se adhirió a los jacobinos y se convirtió en un defensor entusiasta de la Convención. Esta adhesión le abrió nuevas posibilidades en el campo militar. Su gran oportunidad fue la guerra franco-austriaca de 1792. Bonaparte recibió el encargo de liberar el puerto de Tolón del cerco inglés al mando de la artillería, operación cuyo éxito le valió el grado de general de brigada.

Contó con la protección de Maximilien de Robespierre, lo que le facilitó un rápido ascenso. Encarcelado a la caída de éste (1794), fue puesto en libertad poco después y separado del ejército. Pero ante el auge que habían tomado los grupos monárquicos, la Convención le encomendó, junto con Paul-François-Jean-Nicolas, vizconde de Barras, la represión de una insurrección realista (1795), y a continuación disolvió la conspiración de François Noël Babeuf y Filippo Buonarroti. Con habilidad y con la adopción de una posición moderada, supo recuperar la confianza del nuevo régimen del Directorio, que le encomendó la jefatura del ejército de Italia (1796) en unas difíciles circunstancias, tanto interiores como exteriores.

De forma espectacular, obtuvo rápidas victorias frente a los austríacos, quienes se vieron obligados a retirarse de Italia, ocupada progresivamente por Napoleón. La campaña de Italia fue un éxito, a pesar de la escasez de hombres y los problemas en el abastecimiento de municiones y forrajes. Napoleón obligó al rey de Cerdeña a pedir la paz a Francia, y luego ocupó Milán. Los duques de Módena y de Parma también debieron solicitar armisticios, y por fin les siguió el propio papa, Pío VI. Dueño de Italia, Napoleón reemplazó a las viejas dinastías por regímenes republicanos.

Estos triunfos le dieron extraordinario prestigio, y se dedicó a aprovechar su situación de fuerza. Inició negociaciones de paz con Austria y se dispuso a organizar los nuevos territorios conquistados. Después de derrotar a los austriacos en Rívoli, en enero de 1797, Bonaparte marchó hacia Viena, cuyo gobierno también suplicó la paz. Ésta quedó sellada con el tratado de Campoformio, que lo convirtió en una figura admirada en toda Europa. El Directorio, incapaz de imponer su autoridad, aceptó los proyectos de Napoleón y ratificó el tratado de Campoformio (1797). Este tratado representaba el origen de la política expansionista, pues se renunciaba a los territorios del Rhin a cambio de los italianos, concebidos por Napoleón como imprescindibles para sus expediciones hacia el Mediterráneo oriental.

Francia 1811
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