National Gallery de Washington

Introducción

En ningún país como en los Estados Unidos de América es posible contemplar hoy la vigencia de las peculiares relaciones que, a lo largo de la historia, han ligado la riqueza y el arte. No es cierto, como quiere cierta mitología romántica, que los grandes genios de la pintura, del arte, hayan vivido pobres y muerto en la miseria. La lista de los maestros consagrados en vida, y enriquecidos por unos protectores empeñados en casar su fortuna con un arte que adivinaban ya imperecedero, es amplia. Pero lo es tanto o más la de aquellos para quienes el magisterio espiritual, e incluso el éxito artístico, apenas tuvo compensación adecuada.

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