Oído

03/04/2020 6.615 Palabras

Concepto general Hasta 1842, el oído había sido considerado exclusivamente como órgano que recoge los estímulos sonoros provenientes del mundo exterior y en ocasiones del propio organismo; desde entonces se sabe que es la base de la elaboración de las sensaciones auditivas, a la vez que punto de partida de reflejos musculares y vegetativos. En ese mismo año, Fluorens, creyendo efectuar en la paloma un experimento «de audición», descubrió que tenía otra misión hasta entonces ignorada: la de ser el receptor periférico de lo que luego ha recibido el nombre de aparato vestibular, cuya misión es asimismo sensorial y refleja. Por una parte, recoge informaciones sobre la posición y el estado de reposo o de movimiento de la extremidad cefálica, informaciones que, integrándose con las suministradas por Otros receptores, sobre todo por la sensibilidad profunda y el sentido visual, serán la base de la percepción de nuestras relaciones con el espacio. Por otra parte, es el punto de partida de reflejos musculares, unos sobre los músculos oculomotores, que contribuyen a la orientación de la mirada, y otros sobre los músculos esqueléticos, que contribuyen a la equilibración; así como también es origen de reflejos vegetativos. Vemos, pues, que, a diferencia de lo que ocurre con el aparato auditivo, el aparato vestibular carece de una función a él exclusiva, ya que se integra con otros receptores en funciones comunes. Sin duda por esta circunstancia, su misma existencia ha pasado inadvertida hasta el pasado siglo.

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