Cosme José Damián de Benito Barbero

Estudió latín, retórica, poética y matemáticas con los padres escolapios. Un tío suyo, organista en Pastrana, le inició en el solfeo, y fray Francisco de Asís Martínez, organista del convento de San Francisco de Madrid, en los estudios de armonía y órgano. Posteriormente estudió composición con Indalecio Soriano Fuertes, ingresó en el Conservatorio de Madrid, en el que aprendió violín con Juan Díez y violonchelo con Juan Aguirre, y tomó consejos del maestro de San Isidro el Real, Román Jimeno. Mientras se dedicaba a dar clases particulares hizo los estudios de notario, que terminó en 1857, profesión que practicó al servicio del arzobispado de Toledo, hasta que lo dejó todo para dedicarse a dirigir y componer música religiosa para las iglesias de Madrid, adquiriendo un gran reconocimiento como compositor. Villalba, comentando el éxito de sus obras, señala que era por “estar adornadas de cierto expresivismo y gusto moderno”. Esta situación cambió al ser nombrado el 1 de septiembre de 1859 MC de El Escorial por un tribunal compuesto por los maestros Inzenga, fray Jerónimo Pagés y Santiago Escribano. A partir del 26 del mismo mes, una vez casado, se estableció en El Escorial. Desde este centro y durante 26 años consecutivos sería conocida su obra, tanto teórica como práctica, en toda España, sobre todo a través de las editoriales de Antonio Romero, y Vidal y Roger. Son varios los honores que recibió a lo largo de su vida: profesor honorario de la Escuela Nacional de Música y Declamación en 1870, Cruz de Caballero de la Orden de Carlos III en 1871 y correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1879. Estos nombramientos y medallas se los debió a su amigo F. Barbieri.