... individual, será necesario por principio goznar la ciencia entera del lenguaje en ese quicio del espíritu individual. Partiendo de ahí, pero sólo partiendo de ahí, podrá luego la lingüística ...
... . Pieza de hierro que se empotra en el muro y que dispone de un hueco apropiado para recibir el quicio de la hoja de una puerta.• hembra del timón. Mar. Cada uno de los goznes en cuyos casquillos ...
... que actúa por fricción contra el eje o las ruedas. 2. Pedazo de cuero o suela que se pone debajo del quicio de la puerta para que no rechine. 3. Cuba. Zócalo. 4. Chile. Telera de arado. 5. ARQUIT ...
... siguiente romance, que él mismo aquel día había compuesto: Suelen las fuerzas de amor sacar de quicio a las almas, tomando por instrumento la ociosidad descuidada. Suele el coser y el labrar ...
... sacramentos, sobre todo la confesión y comunión y la misa diaria y obligatoria; todo ello constituye el quicio de la educación calasancia y fin de la Orden; es el objetivo principal de la enseñanza ...
... abecedario español y última de sus vocales. Es letra muda en las sílabas que, qui, por ejemplo, queja, quicio; y también, por regla general, en las sílabas gue, gui; por ejemplo, guerra, guitarra ...
... la vida contemporánea. Una universidad, para responder a las demandas de su medio, requiere estar en quicio con su tierra y con sus gentes. Apasionadamente ceñida al signo de su nación. La universidad ...
... agua al rió, que aquí bajo está, y cierra la puerta con llave, no nos hurtenalgo, y ponla aquí al quicio, porque si yo viniere en tanto pueda entrar.”Y suúbese por la calle arriba con tan gentil ...
... la pos guerra.Esta fórmula, en principio tan esquemática, ha sido complicada, sobre todo a partir del quicio de mediados de siglo, por una serie de nuevos factores. Destaca entre ellos el movimiento ...
... y glosado no sólo como fuente fecundadora de la vida cristiana singular, sino también como quicio constitutivo del ser y del hacer de la Iglesia. De ahí que algunos hablen de la caridad como causa ...
... tiros ... Hoy estoy tremendo, estoy como en los días peores de la guerra; hoy me han sacado de quicio, han desencadenado a la fiera que Dios me puso dentro». Traté de sosegarle, y deseando hurgar ...
... que comunicara con tal edificio, interrogué a unas pobres mujeres que estaban haciendo calceta en el quicio de un portalón cerrado. Dijéronme que la escuela grande se había convertido en almacén ...
... movían mayores arrebatos de la presunción. La idea de estar feo y poco galán sacaba de quicio al hombre tanto como le irritaba su fracaso militar y político. Pero aún hubo de ser más vivo el enojo ...
... a sudafricana de los bóers (1899-1902), constituye uno de los «conflictos periféricos» desencadenados en el quicio de los siglos XIX-XX, como consecuencia del expansionismo de las grandes potencias ...
... calle Bastardillos al anochecer, hasta que regresa a ella al amanecer para morir en su oscuro quicio. Un dantesco viaje por “un Madrid brillante, hambriento y absurdo”, que arranca con la visita ...
quicial n.m. Madero que asegura y afirma las puertas y ventanas por medio de pernios y bisagras, para que girando se abran y cierren. 2. Quicio de puertas y ventanas.
... arrebato del corazón, ¡rediez Me tiraba el campo de batalla. Yo era gran cazador... Me sacaba de quicio la guerra, que es cazar hombres con hombres... Combatí en la partida de Quílez: yo era el ojo ...
La estrella polarde Miguel de Unamuno Luciérnaga celeste, humilde estrellade navegante guía: la Boquillade la Bocina que a hurtadillas brilla,violeta de luz, pobre centelladel hogar del espacio; ...
... insuficiente para atajar los graves males de la Iglesia. Por otra parte, consideraba que el quicio de la reforma estaba en el clero, contagiado por la codicia y frivolidad del Renacimiento.Madurando ...
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