... a caballo en nuestro campo. La sorpresa misma de tal audacia impidió matarle en el instante de su aparición. Luego se fue a él, yatagán en mano; pero a punto entraron detrás de Prim seis, ocho, diez ...
... pantuflas amarillas. Llevaba en la cintura un magnífico chal de Cachemira, y sujeto en él un yatagán pequeño y corvo.El rostro de este hombre era de notable hermosura aunque pálido hasta degenerar ...
... persas, griegos y turcos (la cimitarra), así como entre los pueblos arabes (la gumía, el yatagán y el alfanje). Su etimología es todavía más diversa, pudiéndose encontrar referencias terminológicas ...
... usuales, una vocal larga como se transcribe: ā, a, aa. Además existen dos sonidos ya (como en yatagán), yu (como en yute), yo (como en yoyó). Las vocales i e u (que deben pronunciarse ...
... oro y plata; tahalí cuajado de resplandecientes piedras preciosas; la vaina de su sable curvo como un yatagán, cubierta de joyas brillantes; botas con espuelas de oro y casco coronado por un penacho ...
... á en centinela,»y aun veo yo,»aún veo yo»las palmas de Jericó.»En su garganta de ébanosepúltase un yatagán.Cayó el beduino bramando;para Ritja, y relinchando,¡qué animal ¡qué animal ,lame ...
... acerca de mi frialdad y de mi indiferencia. Una vez, un juramentado deFilipinas vino a mí, con el yatagán levantado, a cortarme la cabeza; yo le miré y bostecé de fastidio.Es indudable que el fondo ...
... VII«¿Es grave tu herida, Leoncio?». -¿Yo qué sé? Una bala me pasó el muslo, y un tajo de yatagán me lo acabó de arreglar... Ahora me sale mucha sangre. Si no me curan pronto, no sé qué será ...
... a caballo en nuestro campo. La sorpresa misma de tal audacia impidió matarle en el instante de su aparición. Luego se fue a él, yatagán en mano; pero a punto entraron detrás de Prim seis, ocho, diez ...
... (tenía cinco hermanos, dos de los cuales se encontraban en las minas de Siberia) le mandó un día que tomase su yatagán,& 91;1& 93; montase a caballo y le siguiese.Es tal el respeto de los montañeses ...
... acerca de mi frialdad y de mi indiferencia. Una vez, un juramentado deFilipinas vino a mí, con el yatagán levantado, a cortarme la cabeza; yo le miré y bostecé de fastidio.Es indudable que el fondo ...
... eso ahora los llevo cortos; nadie sabe lo que puede suceder; el otro me rodeó el cuello con su yatagán. Y ya sentía el frío agudo del hierro, cuando el señor que veis aquí cargó sobre ellos, mató ...
... arrojaban al suelo a desdichados ancianos judíos y a infelices mujeres. Me cegué; tiré de yatagán y les acometí con fiereza, desembarazándome al instante del que más próximo tenía. Dos moros de buen ...
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