... nuestro pobre chinchorro y con él la mitad de nuestras municiones y avituallamiento.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 16: Cómo abandonamos el...
... de su ejército en orden de batalla. De lo que ya tendré ocasión de hablar.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte II, Capítulo IIIParte II,
... -dijo el squire-. Coge tu sombrero, Hawkins, y varaos a ver el barco.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 7: Mi viaje a BristolCapítulo 8: A la...
... de un país donde el houyhnhnm fuera el ser superior y el yahoo la bestia.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte IV, Capítulo IIParte IV,
... izamos velas? -¡Mañana -repuso-, ¡mañana nos hacemos a la mar ← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 6: Los papeles del capitánCapítulo 7: Mi...
... contra diecinueve, o así lo creíamos, lo que era tan desmoralizador como si fuese cierto.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 20: La embajada de...
... , pues yo había sido también algo arbitrista en mis días de juventud.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte III, Capítulo IIIParte III,
... Israel Hands se soltó del obenque y cayó de cabeza al mar.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 25: Cómo arrié la bandera negraCapítulo 26:...
... en el primer original por miedo de ser motejado de fastidioso y frívolo.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte I, Capítulo VIIIParte II,
... con gusto a mi cargo si se los obligase a seguir el antedicho régimen.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte IV, Capítulo VIParte IV,
... que había suficiente profundidad, puse el coraclo en posición de navegar.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 21: Al ataqueCapítulo 22: Así...
... dignidad, y el emperador -dicho sea en justicia- nunca jamás me los mencionó.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte I, Capítulo IVParte I,
... salto y frotándome los ojos corrí hacia una de las aspilleras del fortín.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Capítulo 18: Cómo terminó nuestro primer...
... leyes dependen los fallos sobre todas nuestras propiedades, sin apelación.← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →Parte IV, Capítulo VParte IV,
... de Cervantes Saavedra «¡BENDITO sea el poderoso Alá -dice Hamete Benengeli al comienzo deste octavo capítulo-. ¡Bendito sea Alá », repite tres veces; y dice que da estas bendiciones por ver ...
... , que contenía mi ida y las causas, avisándole que no me buscase, porque eternamente no lo había de ver. <<< Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente >>>Libro Segundo ...
... Miguel de Cervantes Saavedra CUANDO estaban don Quijote y Sancho en las razones referidas en el capítulo antecedente, se oyeron grandes voces y gran ruido, y dábanlas y causábanle los de las yeguas ...
... tres agujetas, atacóse, dormimos aquella noche, madrugamos, y dimos con nuestros cuerpos en Madrid. <<< Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente >>>Libro Segundo ...
... .Lo que la monja hizo de sentimiento, más por lo que la llevaba que por mí, considérelo el pío lector.<<< Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente >>>Libro Tercero ...
3.622 palabras
Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar |
Más información